En un mundo de ciegos de corazón el me ve,
de la manera mas inverosímil lo hace
y sin darme cuenta sus ojos doblegan mi ansiedad
y su mirada convierte todo en la paz que mi alma necesita.
Siento que vuelo, pero no despego
aun así el miedo que me detuvo ayer
hoy se torna en el valor a librarme de tiempos tristes
de tomar corrientes de felicidad.
No sé con seguridad cuanto estará
pero la seguridad es el ayer que no quiero recordar
y el pasado que me quemaba se desvanece
frente al futuro incierto al que sin temor me enfrento
y con cada bocanada de aire fresco
mi cuerpo y mi mente vuelven a ver la luz.
Su mirada, sus besos, su calor
me dicen que el invierno se acaba
y con el empieza una nueva primavera.
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