El pensó que el país de nunca jamás era para siempre
tarde o temprano le tocó crecer.
Más temprano que tarde le quitaron la venda de los ojos
y le obligaron a ver los horrores que le rodeaban y
ahora vive con ello sin poder dormir.
Tararea la canción de los piratas
añora las aventuras y soñar con ello es lo único que le mantiene en pie.
Con el corazón marchito y cigarrillo en mano
espera el silencio de los mártires.
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